A las 13:45 horas , casi terminando la jornada escolar ha sonado el timbre del colegio. No era para irnos a casa, no, ni mucho menos.
Todos los alumnos se han puesto cómodos con los cojines que traían de casa, han encendido las linternas y han abierto sus libros favoritos para leer en la oscuridad.
Se han escuchado risas, gritos ... e incluso algún que otro susto provocado por algún inoportuno visitante.
A las 14:00 horas volvió a sonar el timbre y todos volvimos a la realidad después de un rato de lectura terrorífica.
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